La jornada laboral arranca con los primeros colores del alba y se extiende durante diez y más horas. Un día empieza con una oración y concluye de la misma manera. Con respecto a la alimentación, una jornada normal incluye desayuno, almuerzo, merienda y cena, en los que abundan los cereales; en cada uno de estos momentos se repite el agradecimiento por los alimentos recibidos con una oración.
Solo los hombres y los jóvenes varones, hablan castellano, algunos con dificultad, ya que mayormente hablan su dialecto o el alemán, y son ellos intermediarios de las mujeres, puesto que por la concepción del hombre proveedor, que surge de los preceptos Bíblicos que establecen que la mujer abandona la casa del padre, para unirse a su marido, estos son los encargados de proveer el pan nuestro de cada día, y por ello contactarse con el mundo exterior comercial, las mujeres entienden el castellano, pero solo contestan en forma sintética en ausencia del padre, marido o hermano.
Procesan sus alimentos en cocinas de hierro (de leña), aunque algunos usan cilindros de gas envasado. Ningún miembro de la comunidad práctica deportes, para ellos la actividad física es trabajar.
